Las cobayas son animales sociales y sensibles que requieren atención constante para mantener su bienestar, pero aunque suelen ser consideradas mascotas de bajo mantenimiento, esto no significa que estén exentas de experimentar estrés. Identificar los signos de estrés en estos pequeños roedores es necesario para garantizarles una vida saludable y equilibrada, pues el estrés puede ser causado por diversos factores, desde cambios en su entorno hasta un manejo inadecuado. Por ello, es importante estar atento a las señales que indiquen que algo no está bien, así como comprender su lenguaje corporal y comportamiento, lo que nos permitirá detectar cualquier problema a tiempo para actuar en consecuencia.
A menudo, los síntomas de estrés en las cobayas pueden pasar desapercibidos o confundirse con actitudes normales, sin embargo, una observación cuidadosa permitirá reconocer pequeños cambios en su conducta, como pérdida de apetito, aislamiento o comportamientos repetitivos. Además, ciertas condiciones ambientales, como ruidos excesivos, falta de espacio o compañía inapropiada, también pueden ser detonantes de estrés. En este artículo, vamos a presentar una guía completa sobre las señales más comunes de estrés en las cobayas, así como recomendaciones para minimizar los factores que lo provocan.
Cambios en el comportamiento alimenticio

Uno de los primeros signos de que una cobaya está estresada es la alteración en su rutina de comida, pues estas suelen ser muy predecibles en cuanto a sus hábitos alimenticios. Si notas que tu mascota deja de comer, consume menos heno o evita sus alimentos favoritos, podría estar indicando algún tipo de malestar. De la misma forma, beber más o menos agua de lo habitual también puede ser una alerta.
El estrés puede llevar a una pérdida de apetito prolongada, lo que desencadena problemas de salud como la reducción de peso o enfermedades digestivas, mientras que, por otro lado, algunas cobayas manifiestan su malestar comiendo en exceso o de forma compulsiva. Es fundamental supervisar su ingesta y ofrecerles una dieta equilibrada con heno fresco, vegetales adecuados y agua limpia, pero sobre todo evitando cambios bruscos en su alimentación para no generar ansiedad.
Conductas repetitivas e inusuales
El estrés también se refleja en cambios conductuales, especialmente a través de patrones repetitivos o acciones fuera de lo común, pues si una cobaya empieza a morder los barrotes de su jaula de manera insistente o se rasca más de lo normal, podría estar intentando liberar tensión. Asimismo, es frecuente observar movimientos nerviosos como correteos continuos o quedarse inmóvil durante periodos prolongados.
Otro comportamiento común en situaciones de estrés es la automutilación o exceso de acicalamiento, ya que en estos casos, las cobayas pueden arrancarse mechones de pelo o desarrollar lesiones en la piel debido al rascado compulsivo. Es importante no ignorar estos signos y evaluar si hay algún factor ambiental que esté generando ansiedad, como cambios en la disposición de la jaula o la introducción de nuevas mascotas.
Aislamiento y pérdida de sociabilidad

Las cobayas son animales sociales que disfrutan de la compañía de otras cobayas o de la interacción con los humanos, así que si observas que tu cobaya se muestra más retraída, evita el contacto o se esconde con frecuencia, es posible que esté atravesando un episodio de estrés. Esta falta de sociabilidad puede ser provocada por un entorno ruidoso, falta de estímulos o incluso por el mal manejo durante las interacciones humanas.
Es recomendable ofrecer a tu cobaya un ambiente tranquilo y seguro, permitiéndole momentos de privacidad cuando los necesite, pero sin descuidar las interacciones diarias. En el caso de tener más de una cobaya, es importante supervisar su convivencia, ya que la falta de compatibilidad entre individuos puede ser una fuente significativa de estrés.
Factores ambientales que provocan estrés
El entorno juega un papel relevante en el bienestar de las cobayas, ya que ruidos fuertes, cambios frecuentes en su jaula o la falta de espacio adecuado pueden alterar su comportamiento. Las cobayas necesitan un hábitat cómodo que les proporcione zonas para esconderse y suficiente espacio para moverse con libertad. La exposición constante a ruidos, como televisores o electrodomésticos, puede hacer que el animal se sienta amenazado y desarrollar estrés crónico.
Además, la temperatura y la iluminación deben ser apropiadas puesto que las cobayas son sensibles a los cambios bruscos de temperatura, así que mantenerlas en un ambiente estable evitará que se sientan incómodas. Por otro lado, la falta de enriquecimiento ambiental también puede generar aburrimiento, lo que se traduce en estrés a largo plazo, así que lo más recomendable es colocar juguetes y túneles dentro de su jaula para que se mantengan activas y estimuladas mentalmente.
Manejo y manipulación inapropiados
El estrés en las cobayas también puede surgir de una manipulación inadecuada por parte de sus dueños, ya que estos animales necesitan ser manejados con suavidad y en sesiones breves para evitar que se sientan vulnerables. Sujetarlas de manera brusca o forzarlas a interacciones no deseadas puede aumentar sus niveles de ansiedad, así que es recomendable aprender la forma correcta de sostenerlas, asegurando que su cuerpo esté siempre bien apoyado y evitando movimientos repentinos que puedan asustarlas.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que las cobayas necesitan tiempo para acostumbrarse a las personas, por lo que si acabas de adoptar una, lo mejor es darle espacio para adaptarse a su nuevo entorno antes de intentar manipularla con frecuencia. El vínculo debe construirse poco a poco, permitiendo que el animal se acerque de manera voluntaria y reforzando el contacto positivo mediante premios o golosinas saludables.