La vacunación es un aspecto fundamental en el cuidado de los perros, ya que previene una serie de enfermedades graves que pueden poner en riesgo su salud, e incluso en algunos casos, su vida. Este proceso consiste en la administración de sustancias que estimulan el sistema inmunológico del animal para que sea capaz de defenderse ante infecciones futuras, por lo que es importante que los dueños de mascotas estén bien informados sobre qué vacunas necesitan sus perros, cuándo deben administrarse y por qué son necesarias. Un esquema de vacunación bien planificado no solo protege al perro, sino también a otros animales y personas que estén en contacto con él.

Las vacunas no son un asunto de una sola vez, ya que requieren refuerzos periódicos para asegurar que el perro mantenga un nivel de inmunidad adecuado a lo largo de su vida. Dependiendo de la edad, el entorno y las condiciones de salud del perro, el veterinario puede recomendar diferentes tipos de vacunas. Además, es fundamental seguir el calendario de vacunación recomendado, así como entender las diferencias entre las vacunas básicas, que todos los perros deben recibir, y las opcionales, que se administran en función de ciertos factores como el estilo de vida o el área geográfica. En este artículo, vamos a detallar las vacunas más importantes que todo dueño de perro debe tener en cuenta para garantizar una vida larga y saludable para su mascota.

Vacunas básicas para cachorros

Los cachorros son especialmente vulnerables a las enfermedades, ya que su sistema inmunológico aún está en desarrollo, por ello, las vacunas son determinantes en las primeras etapas de su vida. Generalmente, el proceso de vacunación comienza entre las seis y ocho semanas de edad, cuando los anticuerpos maternos empiezan a disminuir, dejando al cachorro más expuesto. Una de las primeras vacunas que se administra es la vacuna contra el parvovirus canino, una enfermedad altamente contagiosa y potencialmente mortal que afecta principalmente a cachorros.

Otra vacuna básica en esta etapa es la que protege contra el moquillo canino, una enfermedad viral que puede atacar diferentes sistemas del cuerpo, incluidos los nervios, pulmones y el tracto digestivo. La vacunación temprana de los cachorros no solo los protege contra estas enfermedades, sino que también crea una base sólida para una buena salud a largo plazo, por lo que es fundamental que los dueños sigan el calendario de vacunación recomendado por el veterinario, ya que omitir una vacuna o un refuerzo puede dejar al cachorro desprotegido.

Refuerzos y vacunas para perros adultos

Una vez que los cachorros han completado su esquema inicial de vacunación, es necesario que reciban refuerzos anuales o cada ciertos años, dependiendo de la vacuna y el estilo de vida del perro. Algunas de las vacunas que los perros adultos deben recibir incluyen el refuerzo contra la rabia, una enfermedad viral mortal que no solo afecta a los perros, sino que también puede transmitirse a los humanos, de hecho, en muchos países, la vacunación contra la rabia es obligatoria por ley.

Además de la rabia, los perros adultos también necesitan refuerzos de las vacunas contra el parvovirus, el moquillo y la hepatitis infecciosa canina. Estas enfermedades siguen representando un riesgo incluso en la adultez, especialmente si el perro tiene contacto frecuente con otros animales o pasa tiempo en áreas públicas. Es importante que los dueños mantengan un registro detallado del calendario de vacunación de su perro para asegurarse de que siempre esté al día con los refuerzos necesarios.

Vacunas opcionales y en función del estilo de vida

Existen vacunas opcionales que no son necesarias para todos los perros, pero que pueden ser recomendables dependiendo de ciertos factores, un claro ejemplo de ello es la vacuna contra la leptospirosis, una enfermedad bacteriana que puede ser transmitida por la orina de animales infectados, como roedores. Esta vacuna es especialmente importante en zonas donde la leptospirosis es común, o si el perro pasa mucho tiempo en exteriores, donde podría estar en contacto con aguas estancadas o animales salvajes.

Otra vacuna opcional es la de la tos de las perreras, también conocida como traqueobronquitis infecciosa, ya que esta enfermedad respiratoria es altamente contagiosa entre perros, por lo que la vacuna es recomendable para aquellos que frecuentan guarderías caninas, parques o participan en actividades con otros perros. En cualquier caso, es importante que los dueños discutan con su veterinario las opciones de vacunación adicionales según el entorno y estilo de vida de su mascota.

Posibles efectos secundarios y cuidados post-vacunación

Como ocurre con cualquier procedimiento médico, las vacunas pueden provocar efectos secundarios leves en algunos perros, y por ello los síntomas más comunes incluyen hinchazón o sensibilidad en el área de la inyección, somnolencia o una leve disminución en el apetito. Estos efectos suelen desaparecer en uno o dos días, sin embargo, en casos raros, algunos perros pueden desarrollar reacciones alérgicas más graves, que pueden incluir vómitos, diarrea, dificultad para respirar o hinchazón facial. Ante cualquier síntoma preocupante, es importante contactar de inmediato al veterinario.

Después de la vacunación, es recomendable permitir que el perro descanse, así como evitar actividades físicas intensas durante al menos 24 horas. Los dueños también deben prestar atención a cualquier cambio en el comportamiento o la salud de su mascota en los días posteriores a la vacunación. Aunque los efectos secundarios graves son poco comunes, es mejor ser precavido y estar atento a cualquier señal de malestar en el perro para actuar a tiempo si es necesario.