Los gatos presentan habilidades que no dejan de sorprender, por mucho que estos animales nos acompañen en el día a día, poseen rasgos que los hacen especiales, aunque una de las características más interesantes de los felinos es su capacidad para recordar eventos, lugares y personas. Si bien los perros son reconocidos por su memoria asociativa, los gatos también destacan en este aspecto, aunque su forma de recordar es distinta. Esta capacidad no solo les ayuda a sobrevivir en la naturaleza, sino que también juega un papel relevante en su adaptación a entornos domésticos, pero, ¿qué tan buena es realmente la memoria de los gatos? Para responder a esta pregunta, es necesario explorar cómo funciona su cerebro y cómo sus recuerdos influyen en su comportamiento diario.
La memoria de los gatos se divide en dos tipos principales: memoria a corto plazo y memoria a largo plazo, la primera les permite reaccionar rápidamente ante estímulos inmediatos, como encontrar un juguete o recordar dónde está su plato de comida. La segunda, por otro lado, se encarga de almacenar información durante días, semanas o incluso años, como el reconocimiento de sus dueños o la asociación de ciertos sonidos con recompensas. En este artículo, vamos a explorar cómo los gatos procesan y almacenan información, los factores que afectan su memoria y las investigaciones científicas que avalan su capacidad de recordar.
¿Cómo funciona la memoria de los gatos?

La memoria de los gatos está estrechamente relacionada con la estructura de su cerebro, que comparte ciertas similitudes con el cerebro humano, puesto que, según estudios neurocientíficos, los gatos poseen un hipocampo altamente desarrollado, una región cerebral clave para la formación y recuperación de recuerdos. Este órgano les permite realizar asociaciones complejas, como relacionar el sonido de una lata abriéndose con la hora de comer.
En un nivel práctico, su memoria a corto plazo es sorprendentemente eficiente, aunque limitada, pues los gatos pueden retener información por un promedio de 16 horas, lo cual supera notablemente a muchas otras especies domésticas. Esto les permite adaptarse rápidamente a nuevas situaciones y resolver problemas cotidianos, como abrir puertas o encontrar un escondite cómodo. Sin embargo, cuando se trata de recuerdos a largo plazo, los gatos destacan aún más, mostrando un asombroso reconocimiento de personas, lugares y eventos incluso después de varios años.
Factores que influyen en la memoria felina
La memoria de un gato no es estática como algunas otras especies, más bien está influenciada por varios factores como su entorno, edad, y estado de salud, por ejemplo, los gatos que viven en ambientes enriquecidos con estímulos positivos tienden a desarrollar mejores capacidades de aprendizaje y memoria. Los juguetes interactivos, juegos de caza simulada y rutinas diarias pueden fortalecer sus habilidades cognitivas, ayudándolos a retener información de manera más efectiva.
Por otro lado, el envejecimiento y ciertas condiciones de salud, como la demencia felina, pueden afectar negativamente su memoria, ya que a medida que los gatos envejecen, su capacidad para recordar detalles específicos disminuye, lo que puede derivar en comportamientos desorientados. Además, el estrés y los traumas también influyen, bloqueando la formación de nuevos recuerdos o alterando los existentes, por lo que es necesario proporcionar un entorno seguro y estable para proteger su memoria a lo largo de su vida.
Estudios científicos sobre la memoria en gatos

Numerosas investigaciones han estudiado cómo los gatos recuerdan eventos y cómo utilizan esta capacidad en su vida diaria, de hecho, uno de los más destacados fue publicado en la revista «Behavioural Processes» y demostró que los gatos pueden recordar información espacial con sorprendente precisión, como la ubicación de un objeto oculto, incluso 15 minutos después de haberlo visto por última vez. Esto resalta su capacidad para utilizar la memoria a corto plazo de forma eficiente en tareas específicas.
Otro estudio reveló que los gatos también forman vínculos emocionales basados en la memoria a largo plazo, pues reconocen a sus dueños no solo por su apariencia, sino también por el tono de voz y las interacciones previas. Además, tienen la capacidad de diferenciar entre personas que les han tratado bien y aquellas que no, lo cual evidencia un uso práctico de su memoria emocional para tomar decisiones futuras.
La memoria como herramienta de supervivencia
En la naturaleza, la memoria desempeña un papel importante en la supervivencia de los gatos, pues recordar la ubicación de fuentes de agua, refugios seguros y posibles depredadores es básico para su existencia. Incluso los gatos domésticos heredan esta habilidad, lo que explica su tendencia a explorar y memorizar cada rincón de su hogar, siendo un comportamiento instintivo que les permite reaccionar rápidamente ante situaciones inesperadas, como una visita al veterinario o el ingreso de un desconocido en casa.
De la misma manera, los gatos son capaces de utilizar su memoria para aprender de experiencias pasadas, por ejemplo, si han tenido una mala experiencia con cierto tipo de alimento, es probable que lo eviten en el futuro. Esta capacidad de asociación les ayuda no solo a sobrevivir, sino también a adaptarse a cambios en su entorno de manera eficiente para prolongar su bienestar y evitar riesgos innecesarios.