Cuando pensamos en gatos y perros, solemos imaginarlos como animales muy diferentes, pues mientras que los perros son conocidos por su lealtad y comportamiento extrovertido, los gatos suelen ser más independientes y, en algunos casos, hasta reservados. Sin embargo, no es raro encontrar dueños que afirmen que su gato tiene un comportamiento más propio de un perro, por lo que si has notado que tu felino sigue comportamientos más caninos, como seguirte a todas partes, ladrar (o emitir sonidos similares), o incluso traer juguetes como lo haría un perro, es normal que te preguntes por qué sucede esto y qué debes hacer al respecto.
Este tipo de comportamiento puede parecer desconcertante, pero en realidad, tiene varias explicaciones relacionadas con la genética, el entorno y la relación que establecemos con nuestras mascotas. Además, entender por qué tu gato actúa de esta manera te permitirá fomentar una relación aún más cercana con él, mientras garantizas que se mantenga feliz y saludable. En el siguiente artículo, te explicamos las posibles razones detrás de este comportamiento, mientras también te ofrecemos consejos sobre cómo actuar en cada caso.
Rasgos genéticos y de crianza compartidos
Aunque gatos y perros pertenecen a especies diferentes, no es tan sorprendente que puedan compartir ciertos comportamientos, pues a lo largo de la historia, los gatos han sido domesticados de manera muy diferente a los perros, pero ciertas razas, como el Maine Coon o el Ragdoll, se han vuelto más conocidas por exhibir actitudes parecidas a las de los perros. Estos gatos tienden a ser más sociales y juguetones, mostrando una mayor inclinación hacia la interacción humana, e incluso trayendo objetos a sus dueños como lo haría un perro con una pelota.
La forma en que crías a tu gato también puede influir en que adopte estos comportamientos, ya que si lo has criado de manera cercana a un perro o en un hogar donde ambos animales interactúan constantemente, es posible que tu gato haya aprendido ciertos hábitos de su compañero canino. Además, los gatos que han sido socializados desde una edad temprana tienden a ser más curiosos y activos, lo que podría llevarlos a desarrollar actitudes más parecidas a las de un perro.
Imitación del entorno o de otros animales
Los animales tienden a imitar a los que están a su alrededor, y los gatos no son una excepción, por lo que si tu gato ha convivido con un perro o ha visto comportamientos repetidos en su entorno, puede empezar a adoptar algunas de esas conductas. Esto es especialmente común en hogares donde tanto gatos como perros conviven formando un vínculo fuerte. El gato puede comenzar a seguir a su dueño de una manera similar a la de un perro o incluso aprender a traer objetos, debido a la observación de su compañero canino.
Este tipo de comportamiento no debe ser motivo de preocupación, ya que es una señal de que tu gato está adaptándose a su entorno, no obstante, es importante asegurarse de que siga recibiendo los estímulos adecuados para su especie. Por ejemplo, aunque sea tentador enseñarle a «buscar» como lo harías con un perro, debes asegurarte de que tenga actividades más naturales para un felino, como trepar o acechar juguetes que simulan presas.
Exceso de energía o búsqueda de atención
Un gato que se comporta de manera más extrovertida, como un perro, también puede estar buscando formas de canalizar su energía o llamar tu atención, pues mientras que algunos gatos disfrutan de largos períodos de descanso y soledad, otros necesitan más estimulación mental y física. Si tu gato se comporta como un perro al seguirte constantemente o llevarte objetos, es posible que esté tratando de indicarte que necesita más juego o interacción contigo.
Los gatos, a diferencia de los perros, tienden a ser más independientes, pero también tienen momentos en los que buscan compañía activa, así que para satisfacer esta necesidad, es fundamental proporcionarles suficientes juguetes interactivos y dedicar tiempo a jugar con ellos. Además, puedes considerar la posibilidad de adquirir juegos de inteligencia para gatos, que les ayuden a mantenerse mentalmente activos sin requerir de tu constante atención.
Relación única con su dueño
Cada gato tiene una personalidad distinta, y algunos felinos pueden desarrollar una relación más cercana con su dueño, adoptando comportamientos que normalmente verías en un perro. Estos gatos disfrutan seguir a su dueño por toda la casa, participar activamente en actividades cotidianas y estar siempre cerca, pero aunque esto no es típico en todos los gatos, es una señal de que el vínculo entre tú y tu mascota es tanto fuerte como positivo.
En este tipo de casos, no es necesario corregir el comportamiento, pero sí es importante asegurarse de que tu gato no esté desarrollando una dependencia excesiva, ya que los gatos, aunque son seres sociales a su manera, también necesitan tiempo y espacio para ser independientes. Si notas que tu felino muestra signos de ansiedad cuando no estás presente, como vocalizaciones excesivas o comportamientos destructivos, podría ser útil consultar con un veterinario o especialista en comportamiento animal para evaluar si necesita ayuda para manejar su ansiedad por separación.