Los conejos son animales asombrosos que cuentan con un lenguaje corporal bastante amplio particular, pues cada movimiento, postura o gesto puede tener un significado específico, lo que los convierte en una especie que constantemente se está comunicando con su entorno. Para quienes tienen la fortuna de convivir con un conejo, entender estos comportamientos es clave para garantizar su bienestar y fortalecer el vínculo con ellos. Uno de los gestos más comunes y curiosos que los dueños suelen observar es cuando el conejo frota su barbilla en diversos objetos, un comportamiento que lejos de ser aleatorio, tiene una función específica que remonta a sus instintos más básicos.

El acto de frotar la barbilla puede generar preguntas entre los cuidadores, especialmente para quienes son nuevos en el mundo de los conejos. ¿Es una forma de marcar territorio, expresar comodidad o simplemente un hábito sin mayor significado? En este artículo, vamos a explorar las razones detrás de este gesto, cómo interpretarlo y qué implica para la relación entre el conejo y su entorno. El hecho de entenderlo no solo ayuda a comprender mejor sus necesidades, sino que también es una ventana a la complejidad de su mundo emocional y social.

Marcado territorial como una necesidad natural

El frotamiento de la barbilla en objetos es, ante todo, un comportamiento territorial, ya que los conejos poseen glándulas odoríferas situadas debajo de la mandíbula que emiten un olor casi imperceptible para los humanos, pero claramente identificable por otros conejos. Al frotar su barbilla, el conejo utiliza estas glándulas para dejar una especie de “firma” en los objetos, declarando su dominio sobre el espacio o los elementos de su entorno, por lo que este comportamiento es especialmente común en conejos que comparten su hábitat con otros conejos o animales en general.

El gesto de marcado territorial no es solo una muestra de dominancia, sino también una forma de asegurarse de que su entorno les resulta familiar y seguro, de hecho, en la naturaleza, los conejos dependen de sus marcas olfativas para navegar por su madriguera y evitar conflictos con otros conejos. En un ambiente doméstico, este comportamiento les permite adaptarse mejor a cambios en el espacio o a la presencia de nuevos objetos, como muebles o accesorios.

Contextos en los que el conejo frota su barbilla

El entorno y las circunstancias juegan un papel determinante en este comportamiento, pues es común observar que un conejo frota su barbilla en objetos cuando explora un espacio nuevo, un gesto que le permite identificar el área como suya, ayudándole a sentirse más seguro y cómodo. Además, este comportamiento puede intensificarse si hay cambios recientes en su ambiente, como la reorganización de muebles o la introducción de objetos desconocidos.

Otro contexto relevante es la convivencia con otros animales o conejos, ya que en estos casos, el marcado con la barbilla puede convertirse en una forma de comunicación para establecer límites o evitar conflictos. Incluso cuando no hay otros conejos en casa, los olores ajenos, como los de los zapatos o prendas de los cuidadores, pueden desencadenar este comportamiento, ya que el conejo busca “neutralizar” esos aromas al imponer el suyo propio.

Diferencias de comportamiento según el sexo

Aunque tanto los conejos machos como las hembras muestran este tipo de comportamiento, la intensidad y frecuencia del marcado con la barbilla puede variar según el sexo del animal y su estado hormonal. En los machos, especialmente aquellos que no están castrados, el impulso de marcar suele ser más evidente, pero esto se debe a su instinto de reforzar su dominio territorial, que puede incluir no solo objetos sino también a otros animales y, en ocasiones, a sus propios cuidadores.

Por su parte, las hembras también recurren al marcado, aunque lo hacen con menor frecuencia, sin embargo, durante ciertos periodos como la pseudogestación, su comportamiento puede cambiar y mostrar un aumento en la necesidad de marcar. En estos casos, es importante observar si este cambio se acompaña de otros signos relacionados con su estado reproductivo, como la acumulación de material para hacer nidos o un comportamiento más protector hacia ciertos espacios.

Cómo gestionar el comportamiento en casa

En este sentido, el entender y respetar este hábito es fundamental para el bienestar del conejo, ya que interrumpir este comportamiento puede generarles estrés o inseguridad, por lo que es preferible permitirles marcar libremente los objetos que consideran importantes. Esto no implica que los cuidadores deban resignarse a tener todos los muebles marcados, ya que existen estrategias para mantener un equilibrio entre sus necesidades y el orden del hogar.

Por otro lado, el proporcionar un espacio propio y seguro para el conejo es una de las soluciones más efectivas, ya que una jaula amplia o una zona delimitada donde pueda jugar y descansar es perfecta para que el conejo se sienta en control de su entorno. Además, mantener una rutina estable y evitar cambios bruscos reducirá la necesidad del conejo de reafirmar su territorio constantemente, favoreciendo un ambiente más tranquilo y predecible.