Las iguanas son reptiles bastante peculiares que despiertan la curiosidad de quienes las observan, no solo por su aspecto exótico, sino también por la amplia variedad de colores que presentan. A menudo se les asocia con el verde que predomina en muchas especies, pero las iguanas en realidad cuentan con una paleta cromática diversa, adaptada a sus hábitats naturales y sus necesidades biológicas. Estos animales poseen una sorprendente capacidad para mostrar diferentes tonalidades a lo largo de su vida, desde tonos brillantes que reflejan su estado de salud hasta colores más discretos que favorecen el camuflaje. El color no solo es un elemento estético, sino que también desempeña un papel fundamental en la comunicación, la termorregulación y la defensa frente a depredadores.

El color de una iguana depende de factores como la especie, el entorno donde vive e incluso su estado de salud, aunque las especies más comunes, como la iguana verde, suelen lucir este tono característico, otras especies como la iguana de cola espinosa o la iguana del Caribe, pueden presentar tonalidades que van desde el marrón hasta el azul turquesa. Además, aspectos como la temperatura ambiental, la alimentación y hasta la época de apareamiento pueden influir en las variaciones cromáticas que muestran. En el siguiente artículo, vamos a explorar los colores más comunes de las iguanas, así como las razones detrás de estas tonalidades tan particulares.

Tonalidades verdes y su significado en las iguanas

El verde es, sin duda, el color más reconocido en las iguanas, especialmente en las especies más comunes y es por eso que se le denomina iguana verde a la mayoría. Este color no solo les permite camuflarse en su entorno natural, que generalmente incluye árboles y follaje denso, sino que también les ayuda a regular su temperatura corporal. Al ser animales ectotermos, las iguanas dependen de fuentes externas de calor, y el color verde, que varía en intensidad según la luz, puede influir en la absorción o reflexión de los rayos solares.

En la categoría «verde», sin embargo, existe una gama sorprendente de matices, puesto que algunas iguanas de este color pueden lucir tonos más amarillentos, mientras que otras presentan verdes oscuros que tienden al marrón. Estas diferencias no son solo genéticas, sino que también reflejan el estado de salud del reptil, por ejemplo, una iguana deshidratada o con deficiencias nutricionales puede mostrar colores apagados, mientras que una bien alimentada y saludable lucirá un verde vibrante.

Iguanas azules con rareza y belleza exótica

Aunque menos comunes, las iguanas azules son un espectáculo digno de admirar, pues esta tonalidad se encuentra principalmente en especies como la iguana de Gran Caimán (Cyclura lewisi), una especie endémica que habita en entornos insulares. El azul en estas iguanas puede variar desde un celeste pálido hasta un turquesa brillante, dependiendo de la luz y la época del año, pero este color no solo es hermoso, sino que también les sirve para atraer parejas durante la temporada de apareamiento.

En otras especies, como la iguana común, el azul puede aparecer como un matiz secundario, especialmente en la zona de la cabeza o las patas. Este fenómeno suele ser más visible en los machos, que desarrollan colores más intensos para marcar su dominio y llamar la atención de las hembras. Cabe destacar que la intensidad del azul también puede ser un indicador de la salud general del animal, siendo más notable en aquellos individuos que reciben una dieta equilibrada y viven en condiciones óptimas.

Iguanas marrones, grises y tonos terrosos para el camuflaje

Las iguanas que habitan en zonas más áridas o rocosas, como las iguanas de cola espinosa (Ctenosaura), suelen presentar colores marrones, grises y terrosos que se mezclan perfectamente con su entorno. Estos tonos les proporcionan un excelente camuflaje, ayudándoles a evitar depredadores y a pasar desapercibidas mientras buscan alimento o descansan al sol.

A diferencia de las iguanas verdes o azules, estas especies tienen colores más apagados y uniformes, lo que también refleja las condiciones menos húmedas de sus hábitats, además, muchas de estas iguanas presentan patrones en forma de rayas o manchas que rompen la uniformidad de su color y las hacen aún más difíciles de detectar. Este tipo de tonalidades es especialmente útil en ambientes donde los depredadores son abundantes, ya que reduce significativamente la posibilidad de ser vistas.

Cambios de color según las emociones y la salud

Más allá de los colores específicos de cada especie, las iguanas tienen la capacidad de cambiar ligeramente su tonalidad dependiendo de su estado emocional, su salud o las condiciones ambientales. Por ejemplo, una iguana que se siente amenazada puede oscurecer su piel como mecanismo de defensa, mientras que una relajada o contenta puede mostrar colores más claros y vibrantes.

Los cambios de color también pueden estar relacionados con la termorregulación, pues al exponerse al sol para calentarse, una iguana puede oscurecer su piel para absorber más calor, mientras que en temperaturas elevadas puede aclararla para reflejar la luz y evitar el sobrecalentamiento. Del mismo modo, las iguanas enfermas o estresadas suelen lucir colores más apagados, lo que puede ser una señal de advertencia para los cuidadores. No cabe duda que este dinamismo en su coloración añade otra capa de fascinación a estas increíbles criaturas terrestres.